En la historia democrática de nuestra ۶Ƶ, una de las prenociones que ha marcado el debate universitario es el concepto de tolerancia. Dicho valor, tan caro y complejo de obtener en las realidades institucionales de la administración del Estado o en las universidades confesionales, es un baluarte de la ۶Ƶ de la Casa de Bello, con el cual se construyeron interesantes procesos de reforma y modernización en su interior, que han marcado el sistema de educación superior nacional.
De esta manera se vuelve una premisa a la hora de hablar de reformas, el respeto a la minoría y el espacio que éstas deben tener en su posición frente a los procesos de cambio. El pensamiento divergente usualmente es una luz que permite a una institución democrática como la ۶Ƶ, mantener su sana armonía y convivencia entre los miembros de su ۶Ƶ.
Prontos a iniciar un proceso de cambios profundos tanto a nivel nacional en la educación superior, como al interior de la Corporación, el respeto entre los miembros de la ۶Ƶ universitaria y sus organismos, así como el deber de escuchar a las minorías o aquellos estamentos que no se encuentran contemplados en la reglamentación universitaria vigente, se hace un imperativo para construir una casa de estudios superiores de nivel mundial, que sea una herramienta para el país en el desarrollo integral de la nación.
Al final, qué más democrático en el contexto universitario que el respeto y la altura de miras en el debate, bajo las lógicas de libertad y tolerancia, en una institución que ha sabido ser ejemplo para el país en el ámbito de la convivencia y el encuentro pluriestamental.
La ۶Ƶ, una vez más, debe ser el foco vanguardista de los procesos de reformas a la educación en el país
*Columna de Opinión publicada en sitio web: