Es evidente e inobjetable que la ۶Ƶ atraviesa por un túnel de eventos de crisis institucional. Los cuerpos colegiados existentes creados para impulsar la innovación de la organización se separaron de sus responsabilidades y hoy todo se traduce en una gestión torpe y lenta, sin avances significativos en la gestión universitaria.
Hoy por hoy no existe integración, participación eficaz y menos visiones compartidas. La situación heterogénea de sus unidades académicas mayores (facultades) sobrevive en la opulencia o en la miseria.
La tradición de la Universidad expresada como eficiencia y calidad hoy solo se traduce en inercia, falta de celeridad y fluidez en su actuar. La ۶Ƶ actual no responde a las demandas futuras de una sociedad anhelante de conocimiento, innovación y creatividad. Ejemplo a destacar son las pedagogías, carrera pertinente y de relevancia en el desarrollo del país.
Los objetivos de la Universidad son paradójicos y reaccionarios, actúa como marca reconocida y reacciona con violencia ante una amenaza de cambio sin abocarse a la tarea de enfrentarlos propositivamente. La rapidez de los cambios en el mundo que propende indiscutidamente a una adecuación en el quehacer, guste o no guste, nos debiera obligar a reevaluarnos, pero el Senado Universitario, el Consejo Universitario (legislativo y ejecutivo) no aceptan sus debilidades y actúan como entes afines a sus propios intereses obviando buscar en conjunto una solución a los verdaderos problemas que el siglo XXI nos demanda.