Como parte de la de la FILUNI, dictará la charla "La influencia de las inteligencias artificiales en la edición y distribución de contenidos". Este espacio se desarrollará el miércoles 27 de agosto a las 12:00 hrs. de Chile y 10:00 hrs. de México.
Esta será una de las participaciones en el de la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios FILUNI, en la que la UCHILE es la invitada de honor. También serán parte de esta cita Leonardo Reyes, jefe de Estudios e Indicadores de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, quien participará en la mesa “Acceso abierto y ciencia abierta: perspectivas editoriales iberoamericanas”, la misma jornada.
Al día siguiente, será el turno de la académica de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Jenny Abud, quien ofrecerá el taller “El rol del diseño editorial en ediciones universitarias y su impacto en la experiencia de lectura”.
Escribir y editar entre máquinas
El académico presentará la charla “Escribir y editar entre máquinas: Inteligencia Artificial y el mundo editorial”, donde explica las tecnologías actuales y su evolución en el contexto del proceso editorial. “El proceso de convertir una obra en un libro involucra múltiples roles y etapas y la IA ya los está impactando. En la charla explicaré esos impactos, especificaré desafíos técnicos y legales, identificaremos dilemas éticos y construiremos criterios para aprovechar estas herramientas de manera informada y estratégica”, comenta el profesor Graells-Garrido.
Esta es la segunda vez que el profesor Eduardo Graells-Garrido participa en FILUNI. En 2017 dictó una charla sobre Big Data y bibliotecas. “Fue una experiencia maravillosa en la que comprendí que las herramientas que me eran familiares tenían un poder disruptivo en otras disciplinas”, expresa. Por este motivo apenas se enteró que la U. de Chile sería invitada a la versión 2025, no dudó en presentar una nueva propuesta. “Valoro que la Universidad abra la posibilidad de contribuir a todos y todas sus integrantes”, señala.
Para el académico representar a la Casa de Bello representa un alto honor: “Compartiré espacio con otras personas de la academia y del mundo literario. Asumo esta responsabilidad consciente del valor que representa y con muchas ganas de aprender de quienes también estarán presentes y las personas que conoceré allí”.
Entre la computación y la literatura
“Hay un dicho que dice que el código es poesía. No podría estar más de acuerdo”, reflexiona el profesor Graells-Garrido. Y es que su trayectoria académica en ciencias de la computación la ha combinado activamente con su pasión por la escritura, disciplinas que a su juicio se entrelazan. “Escribimos para comunicar conocimiento, para contar historias (académicas), pero en computación, además, el código es texto”.
Para el académico, el proceso de escribir código no es diferente del de escribir: “Juntamos palabras para que máquinas o seres vivos las interpreten. De hecho, el código también es leído por personas, y el texto, sobre todo hoy, también es leído por máquinas. A eso se suman dos de las disciplinas en las que investigo y enseño, Computación Gráfica y Visualización de Información: en la primera creamos mundos virtuales que deben regirse por reglas escritas en código y fórmulas (es decir, en un lenguaje), y en la segunda, comunicamos historias mediante elementos visuales, pero son historias que deben ser interpretadas, donde el conocimiento y el valor surgen a partir del cruce de ese lenguaje visual con el conocimiento y memoria previa de las personas”, expresa.
Subraya la importancia de difundir que necesitamos escribir y leer más: “A medida que conozco a más estudiantes, cada año noto que la lectura es menos valorada, y qué decir de la escritura. Escribimos no solo para registrar, sino también para estructurar lo que sabemos, para darle forma a lo que hay dentro nuestro, sea académico o personal. Escribir nos hace humanos y humanas, y leer nos permite comprender la belleza dentro de lo que nos rodea, incluso dentro del dolor y de la adversidad. Como autista, necesito otras herramientas además de las sociales para comprender el mundo y sus habitantes. Así de importante es la lectura para mí”, concluye.
Herramientas a la mano, ¿información real?
Si bien el procesamiento de datos se aplica hace décadas, el cambio de escenario, refiere el profesor, es “la manera de relacionarse con la tecnología, porque antes se requería una persona especializada en el tema. Tú ahora puedes interactuar con el modelo más avanzado del mundo mediante tu propio lenguaje natural. Tú le dices cosas y aparecen”.
Con este flujo de uso, tanto para el campo editorial como para otros ámbitos, agrega el especialista “el problema está en que estamos en un instante en el cual tampoco tienes cómo saber si el dato que le estás poniendo es escrito por personas o es generado por máquinas”.
Por ejemplo, en el campo de la lingüística computacional, se analizan los textos escritos por las personas que están disponibles en Internet. “Desde el 2021, cuando apareció la primera versión pública de GPT, se empezó a viralizar esto de generar contenido y tú ya no puedes detectar si un contenido es hecho por IA”. Esto último deviene de que “cuando el metamodelo deja fuera ciertos contenidos, o sea, se alimentan del mismo texto que genera, empieza a generarse lo que el texto dice, a perder calidad”.
En lo que respecta al campo editorial -del cual también es integrante el académico como fundador y - pues “hay ciertos editores que están contra el uso de la IA, y que de hecho ahora dicen que si en tu texto usaste IA, en algún momento entonces no quieren publicarlo. Es una de las posiciones que hay”.
El uso de las herramientas
Según relata el académico, su primera experiencia en FILUNI tuvo una buena recepción dado que en esa oportunidad abordó el tema de Big data y bibliotecas, contenido para abordar aspectos tales como “cómo se recomiendan contenidos, cómo se consultan, cómo digitalizar el contenido en relación al patrimonio”.
Actualmente, algunos de los usos que ha aplicado es tener una visión cuantitativa de la producción editorial local. El académico descargó las bases de datos de la Cámara Chilena del Libro para saber cuántos libros se publicaban en Chile. “Solamente el año pasado, en la categoría novela chilena se publicaron 1500 títulos. La cantidad de libros que se están publicando está subiendo mucho. Efectivamente, hay una industria que está creciendo y a mí me parece un poco preocupante como editor, porque no sé quién está comprando los libros”.
Otro uso que el profesor plantea es el de los metadatos. Destaca lo importante que son estos para las publicaciones, considerando que son la información basal para los motores de búsqueda en torno a un libro. En ese sentido, muchas editoriales se enfocan en qué libros publicar, “pero en realidad no se preocupan de todas las cosas que son necesarias para que el libro quede bien indexado, para que el libro pueda ser distribuido y pueda ser encontrado por las cuentas o por la gente que vende”.
Finalmente, señala que un uso de IA en el campo editorial es el de las pruebas de concepto en el ámbito de la traducción y el diseño. Sin dejar a los profesionales encargados de esta labor, “se puede generar una primera prueba de concepto, muy rápida, de una parte del libro que te permita saber cómo luce el texto en ese idioma, ver con eso si hay posibilidad de difundirlo y luego de eso a que una persona lo traduzca de manera profesional”.