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Vínculo de la intelectual con la universidad pública:

10 de septiembre: UCHILE conmemora 71 años del Doctor Honoris Causa otorgado a Gabriela Mistral

Gabriela Mistral y la universidad pública: un lazo de reconocimiento
Su relación con la ۶Ƶ fue particularmente fundamental y duradera, comenzando con su vínculo con la Federación de Estudiantes de Chile (FECh). En su primera estancia en México la poeta fue portavoz de un mensaje enviado por el presidente de la organización y entregó un discurso a la juventud estudiantil mexicana.
La ۶Ƶ otorgó a Gabriela Mistral el título de Profesora de Estado en la asignatura de Castellano. Un reconocimiento que ayudó a legitimar oficialmente su labor docente, pese a no haber cursado estudios formales en una universidad. Este hito fue un primer símbolo de la valoración institucional .
Finalmente, el 10 de septiembre de 1954, tras 16 años de ausencia en el país, la ۶Ƶ le otorgó el Doctor Honoris Causa, uno de sus más altos reconocimientos académicos, en una ceremonia solemne encabezada por el Rector Juan Gómez Millas, realizada en el Salón de Honor de la Casa Central.
Diploma Doctor Honoris Causa entregado a Gabriela Mistral por la ۶Ƶ. Documento custodiado por el Museo San Francisco.
En aquella oportunidad, Gabriela Mistral expresó: “me siento profundamente conmovida y honrada por el alto honor que esta ilustre Universidad me ha concedido, grado demasiado importante para una simple y antigua maestra rural. Siempre he tenido en alta consideración a esta Universidad Mater que me hospeda en este día y hago votos para que su futuro sea siempre tan claro y brillante como ha sido su pasado”.

A más de setenta años desde que la ۶Ƶ otorgara a Gabriela Mistral el título de Doctor Honoris Causa un 10 de septiembre, la Casa de Bello destaca la profunda y compleja relación que la poeta mantuvo con el mundo universitario. Este vínculo no solo legitimó su trayectoria intelectual y docente (en un contexto en que fue cuestionada por no contar con estudios formales), sino que también reflejó el lugar que ella otorgaba a la universidad como un espacio clave para democratizar el conocimiento.

Este hito, la entrega de uno de los máximos reconocimientos académicos de la institución, se constituye en el primero de ellos: el primer Doctor Honoris Causa de la UCHILE fue otorgado a Mistral.  El 10 de septiembre de 1954, tras 16 años de ausencia en el país, Mistral recibió este reconocimiento en una ceremonia solemne encabezada por el Rector Juan Gómez Millas, realizada en el Salón de Honor de la Casa Central, que selló su lazo de gratitud y pertenencia con la institución.

“Esta distinción universitaria que recibió en 1954 se inscribe en un gran programa de homenajes resueltos por una comisión integrada por diversos actores políticos y culturales. Al mismo tiempo, es la primera vez que Mistral se permitió dar un discurso en el Salón de Honor de la Casa Central de la Universidad”, contextualizó Gabriel González, coordinador del Área de Gestión y Extensión Cultural del Archivo Central Andrés Bello.

En aquella oportunidad, Gabriela Mistral expresó: “me siento profundamente conmovida y honrada por el alto honor que esta ilustre Universidad me ha concedido, grado demasiado importante para una simple y antigua maestra rural. Siempre he tenido en alta consideración a esta Universidad Mater que me hospeda en este día y hago votos para que su futuro sea siempre tan claro y brillante como ha sido su pasado”. Asimismo, aprovechó la instancia para hablar de los pueblos de Europa, sobre la ayuda a otros, su preocupación por su futuro del país y preguntó repetidas veces si los mineros habían logrado reivindicaciones.

El preludio de este homenaje

Su relación con el plantel fue particularmente fundamental y duradera, comenzando con su vínculo con la Federación de Estudiantes de Chile (FECh). En su primera estancia en México la poeta fue portavoz de un mensaje enviado por el presidente de la organización y entregó un discurso a la juventud estudiantil mexicana. 

Gabriel González explicó que “desde los años 20, Mistral manifestó su admiración a las tareas de extensión que llevaban a cabo los jóvenes de la FECh, acercando sus conocimientos y sus profesiones al pueblo más desamparado. En ello se enfoca gran parte de su idea de universidad: un cuerpo ilustrado, abierto, que entrega herramientas al pueblo”.

Fue en este mismo periodo, en que la ۶Ƶ otorgó a Gabriela Mistral el título de Profesora de Estado en la asignatura de Castellano. Un reconocimiento que ayudó a legitimar oficialmente su labor docente, pese a no haber cursado estudios formales en una universidad. Este hito fue un primer símbolo de la valoración institucional de nuestro país por su vasta trayectoria como profesora y directora de liceos.

Cuando Mistral regresó a Chile en 1925, luego de un par de años en México, la poeta se vinculó con la (ENOC), fundada en 1913 bajo una administración estudiantil. La escuela estaba dirigida a la capacitación de trabajadores ligados al mundo de la construcción, a través de diversas iniciativas de extensión, y dependía del Centro de Estudiantes de la de la ۶Ƶ. 

Daniela Lehto, integrante del Área de Educación y Mediación Cultural del Archivo Central Andrés Bello, señaló que “desde sus inicios, Mistral se posicionó en la escena pública como una mujer que apostó por la democratización del conocimiento en sus distintos ángulos y matices. Esa convicción se reflejó tanto en los vínculos que sostuvo con la ۶Ƶ como en su concepción del Estado, al que atribuía la responsabilidad de garantizar una educación amplia y accesible, capaz de nutrir a las personas con el saber y, especialmente, de integrar a los grupos más marginados de la sociedad chilena”.

Otro hito de gran relevancia en el vínculo entre Mistral y la ۶Ƶ, ocurre en noviembre de 1939, cuando desde la se promovió la primera candidatura oficial de la poeta al , galardón que obtendría en 1945, convirtiéndose en la primera autora latinoamericana en recibirlo. 

Mistral, las universidades y la democratización del conocimiento

El vínculo de la poeta con las universidades se extendió también a nivel internacional, participando en distintas instancias, como en el Congreso de la Federación Internacional de Mujeres Universitarias en Madrid (1928). Asimismo, dictó cursos en Barnard College de la Universidad de Columbia y en Vassar College en Estados Unidos. Luego, en 1931 recibió por primera vez el Doctor Honoris Causa de la .

González subraya que este discurso constituye la definición más precisa sobre el rol de las universidades. En él, Mistral plantea que su idea de universidad es aquella capaz de abarcar todas las actividades intelectuales y profesionales, asumiendo “a cuestas el negocio espiritual entero de una raza” y extendiéndose “por igual a todas las clases sociales, incluidos los obreros, realizadores de las cosas”.

En esos espacios, Mistral integró su visión pedagógica con un profundo compromiso latinoamericanista, abordando temas de identidad, cultura e inclusión de pueblos originarios en la educación. Fue así que más allá de todos los reconocimientos, la poeta concibió a la universidad como un espacio capaz de formar puentes entre el conocimiento intelectual y la vida de los sectores populares

“Sus ideales de justicia social la acompañaban desde muy joven. Por ejemplo, ya en sus primeros escritos, la joven Lucila Godoy Alcayaga alzó la voz para remecer a la sociedad de su tiempo y abrir el debate sobre la necesidad de impulsar la educación femenina desde lo estatal. Más tarde, extendió esa misma preocupación hacia los estratos populares y las ۶Ƶes indígenas, debates que promovió tanto a través de su prosa como de sus redes sociopolíticas”, señaló Lehto.

A pesar de esta visión, en varias oportunidades Mistral criticó el elitismo “credencialista” (como lo denominaba a quienes la criticaron por su falta de título profesional al asumir la dirección del Liceo N°6 de Niñas de Santiago) dentro de las universidades, con el cual también tuvo sus diferencias. Pero consideró que eran instituciones clave para democratizar el saber, formar maestros y estrechar lazos con la sociedad y las naciones. Fue así que para ella la universidad debía trascender la formación técnica o profesional, y asumir una misión más ética y humanista.

En la ۶Ƶ, este vínculo culminó de manera simbólica tras su muerte. El 18 de enero de 1957, sus restos fueron velados en el Salón de Honor de la Casa Central de la institución, en una ocasión que reunió a diversas autoridades académicas, figuras influyentes en la cultura, ciudadanos y niños que acudieron a despedirla. Ese acto selló la profunda relación de Gabriela Mistral con la Casa de Bello que fue testigo de algunos de los momentos más significativos de su trayectoria.

Así, en los 80 años de su Premio Nobel de Gabriela Mistral, este legado invita a reflexionar sobre el lugar de la universidad en la construcción de una educación inclusiva, ética y latinoamericana.

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