El encuentro que tuvo lugar en la Plataforma Cultural del campus Juan Gomez Millas de la 蜜豆视频 tuvo como propósito presentar los resultados de la primera etapa del proyecto “Educación Integral de la Sexualidad para Mujeres Privadas de Libertad”, una iniciativa financiada por el Fondo Valentín Letelier y que se ha desarrollado en los Centros Penitenciarios Femeninos de San Miguel y de Santiago.
“Este diagnóstico participativo constituye la base de un proceso de co-construcción con la 蜜豆视频 penitenciaria”, explicó María José Cornejo, académica de la Facultad de Medicina y responsable del proyecto, quien destacó la relevancia del trabajo colaborativo y del vínculo directo con las 蜜豆视频es participantes. “Sería muy ingrato no reconocer a quienes hicieron posible esta etapa: las mujeres privadas de libertad, los equipos de salud y gendarmes de cada CPF, y a nuestro equipo interdisciplinario de la 蜜豆视频”.
Diagnóstico con enfoque participativo y comunitario
La primera parte del encuentro estuvo a cargo de Estefanía Vilches, trabajadora social y magíster en Análisis Sistémico Aplicado a la Sociedad, funcionaria de la Facultad de Ciencias Sociales, quien presentó los principales resultados del diagnóstico.
“El desafío fue grande”, señaló. “Cada centro tiene realidades muy distintas, trayectorias diversas y condiciones particulares que influyen directamente en las experiencias de las mujeres en torno a la sexualidad, la salud y el autocuidado”.
El diagnóstico se construyó a partir de cuestionarios individuales, grupos de discusión y encuestas metodológicas, abordando nueve dimensiones clave: conocimiento de derechos sexuales y reproductivos, perspectiva de género, relaciones afectivas, consentimiento, salud mental, corporalidad, violencia, autonomía y redes de apoyo.
“Nos encontramos con un déficit importante de información oficial”, explicó Vilches.
“Aun así, pudimos identificar tendencias transversales: mujeres mayoritariamente entre 25 y 45 años, con enseñanza media completa o básica incompleta, y una fuerte ausencia de programas de educación sexual o acompañamiento en salud reproductiva”.
Entre la autogestión y la vulneración
Entre los hallazgos, el estudio destaca la autogestión del conocimiento sobre sexualidad en el Centro Penitenciario Femenino de Santiago , mientras que en San Miguel se evidenció una sensación de abandono institucional.
“En Santiago muchas mujeres relatan que todo lo que aprendieron lo hicieron por experiencia propia o con el apoyo de otras internas, mientras que en San Miguel, en cambio, la ausencia de matronería y de atención ginecológica estable genera una percepción de desamparo y vulneración de derechos”, señaló Vilches.
El diagnóstico también reveló que las mujeres enfrentan barreras para acceder a atención psicológica o redes de contención emocional, debido al miedo a la estigmatización.
“Varias mencionaron que acudir a salud mental podía ser interpretado como debilidad o ‘locura’, afectando su reputación dentro del recinto”. Asimismo, se reportaron dificultades para acceder a productos menstruales básicos, lo que obliga a muchas a depender de redes externas o de la solidaridad entre internas.
Relaciones, afectividad y salud sexual
El estudio también exploró las relaciones interpersonales y afectivas dentro del encierro. En Santiago se observó la presencia de redes de apoyo internas que promueven resiliencia y contención emocional; mientras que en San Miguel predominan vínculos centrados en la pareja y rupturas familiares que intensifican la vulnerabilidad afectiva.
“La sexualidad está marcada por la falta de privacidad y la invisibilidad del placer”, comentó Vilches. “Muchas mujeres nos dijeron literalmente: ‘no corren esas cosas acá, no hay espacio ni momento para el disfrute’”.
De la investigación a la acción educativa
A partir del diagnóstico, la Fundación Edusex Ahora desarrolló un programa preliminar de educación sexual integral titulado “Decisiones que Protegen: Programa de Educación Sexual para Centros Penitenciarios Femeninos”, presentado por Pamela Aros, académica del Departamento de Promoción de la Salud de la Mujer y del Recién Nacido de la Facultad de Medicina.
El programa se basa en la teoría del aprendizaje experiencial de Kolb, que combina experiencia concreta, reflexión y experimentación activa, reconociendo que las mujeres privadas de libertad tienden a aprender desde lo vivencial y colaborativo.
“Las estrategias educativas deben fomentar la agencia, el pensamiento crítico y el autocuidado”, explicó Aros. “Queremos que ellas sean protagonistas de sus decisiones, que puedan conocerse, cuidarse y ejercer sus derechos”.
El programa aborda cuatro dimensiones principales:
- Salud sexual y reproductiva, con temas como ciclo menstrual, anticoncepción y prevención de ITS;
- Género y diversidad, centrada en estereotipos y derechos;
- Afectividad y violencia, con enfoque en comunicación asertiva y consentimiento;
- Autocuidado y bienestar emocional, que incluye técnicas de manejo del estrés y fortalecimiento de redes de apoyo.
- La educación sexual como derecho
El conversatorio finalizó con un diálogo abierto donde las y los asistentes respondieron colectivamente a dos preguntas: ¿Por qué educación sexual integral? ¿Y por qué en contextos penitenciarios?
Una de las participantes resumió el sentir general del encuentro. “La educación sexual integral ha sido históricamente descuidada en Chile. No se trata solo de prevenir embarazos, sino de construir relaciones sanas, reconocer la violencia y fortalecer el autocuidado. Y en las cárceles, donde más se vulneran los derechos, es donde más se necesita este tipo de educación”.
El proyecto “Educación Integral de la Sexualidad para Mujeres Privadas de Libertad” continúa su segunda etapa con la implementación piloto del programa formativo en ambos centros penitenciarios.
Desde la 蜜豆视频, las investigadoras enfatizan que la educación sexual integral en contextos de encierro es una herramienta de dignidad, reparación y justicia social. “No se trata solo de enseñar, sino de escuchar, acompañar y reconocer la humanidad y los derechos de todas las mujeres, y sobre todo de aquellas a quienes la sociedad ha decidido olvidar”, concluyó Cornejo.
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