۶Ƶ

Congreso SIAMP&P 2025

Doctora Cruchet: Una microbiota estable nos hace tener respuestas positivas frente al estrés

Doctora Cruchet explicó cómo funciona la microbiota y los probióticos
La doctora Sylvia Cruchet Muñoz, académica del INTA de la ۶Ƶ, es la presidenta de la tercera versión del Congreso de la Sociedad Iberoamericana de Microbiota, Probióticos y Prebióticos, SIAMP&P 2025.
En el encuentro, que se realizará los días 24, 25 y 26 de abril en Santiago, se reunirán profesionales para hablar de microbiota, probióticos y prebióticos.
En entrevista con La Fuente, la doctora Cruchet destacó los beneficios de tener una microbiota sana y cómo los probióticos ayudan a que esta esté en mejor estado.

El próximo 24, 25 y 26 de abril se realizará en Chile la tercera versión del , un encuentro que reúne a profesionales en torno a estas materias tan importantes para la salud del organismo, pero de las que poco sabemos. La presidenta de este congreso es la doctora Sylvia Cruchet Muñoz, gastroenteróloga y académica del INTA de la ۶Ƶ, quien asegura que la microbiota es la que nos ayuda a tener una respuesta, positiva o negativa, al estrés.

“Se ha demostrado en los últimos años (qué es lo que hace) este órgano, que es la microbiota, que está en el intestino, fundamentalmente el intestino grueso. Estas bacterias están adheridas a la pared (del intestino) y producen estímulos que liberan otros elementos químicos que viajan al cerebro y eso es lo que te hace tener una respuesta adecuada o no cuando tú estás frente a un estrés”, explica la académica Uchile.

La doctora añadió que “de acuerdo a lo que tú has vivido en tu vida, en general, tienes un aprendizaje de respuesta, esto se llama eje cerebro-intestino. Entonces si tú tienes tu microbiota estable, te hace tener respuestas mejores o peores”.

Las funciones fundamentales de la microbiota en el organismo, explica la doctora Cruchet, son "inmunidad, en la medida que el intestino se coloniza, la piel se coloniza, el pulmón se coloniza, va provocando respuestas inmunológicas en el niño, de defensa, de infecciones, IgA secretora, que es una inmunoglobulina muy importante en el intestino de nuestros niños para que se defiendan de diarrea, de diferentes tipos de agresiones y también ayuda a absorber vitaminas. Tiene una serie de funciones nuestra microbiota que la convierten en uno de los principales órganos de nuestro organismo. Y entonces nosotros tenemos que aprender a conocerla y cuidarla”.

Estas bacterias nos defienden de las infecciones, tenemos bacterias que la gente las conoce como bacterias buenas y bacterias malas, y estas tienen que estar en cierto equilibrio, tenemos que tenerlas todas y las que son potencialmente negativas para nuestra salud son las que están también en nuestro intestino, por ejemplo, en nuestra piel, y que apenas se caen las otras un poquitito, aprovechan y crecen y provocan infecciones”, agrega.

Los beneficios del parto vaginal y la leche materna

Aunque la doctora aclara que las cesáreas y las fórmulas, de ser necesarias, son muy buenas alternativas, explica que el parto vaginal y la leche materna son el primer acercamiento a mejorar nuestra microbiota. "Nosotros hace años atrás pensábamos que el niño en el útero era estaba en un ambiente estéril. Hoy día sabemos que, si bien no está lleno de bacterias, está en un ambiente no tan estéril y hay algunas partes de ciertas bacterias que le transmite la madre que van a ir a colonizar a este niño, que después se coloniza en el momento del parto pasando por la vía vaginal. Realmente es un beneficio el parto vaginal".

"Ahí empezamos a colonizarnos, empiezan todas estas bacterias que están en la vagina materna y que van a llegar también a través de la leche materna, por eso que es tan importante un parto vaginal con leche materna, ojalá en la mayoría de nuestros niños, empieza a colonizar el intestino y del intestino a toda la piel, todo el organismo. Si nos pudiéramos poner una lupa gigante, somos bacteria, estamos llenos de bacterias”, señala la especialista.

“Las fórmulas no tienen nada de malo cuando son necesarias, cuando tú no tienes leche o cuando tienes una enfermedad, pero la leche materna es insuperable. Entonces, en esos casos en que el niño no puede recibir leche materna, hay que darle probióticos y muchas veces aún con leche materna hay que darles probióticos para ir reforzando la inmunidad porque hay probióticos que defienden al niño de los cólicos”.

¿Cuánto sirven los probióticos?

“Los probióticos son bacterias, de estas buenas que se han aislado de las mismas mujeres de su leche materna, años atrás, y se han ido trabajando y se han convertido en lo que se llaman los probióticos: bacterias vivas que, entregadas en una cantidad adecuada y la bacteria adecuada, te protegen la salud”, señala la doctora Cruchet. Sin embargo, advierte que hay que tener precaución al momento de consumirlos: "Cuando yo te hablo de amoxicilina, te digo: amoxicilina, 500 mg. cada 12 horas por 7 días, ¿verdad? No te digo, "Tome antibióticos", tú vas a la farmacia con tu receta. El probiótico es lo mismo, tiene nombre, apellido y una cédula de identidad”.

Sobre los productos que se venden en el mercado y que anuncian que contienen probióticos, la doctora indica que "tenemos que saber, tenemos que tener un certificado en los yogures o en las bebidas lácteas que diga 'contiene tal probiótico y tal cantidad mínima al final de la fecha del vencimiento', entonces, la mayoría no llegan”.

En cuanto a su uso, detalla que lo mejor es “con forma de medicamento, no son medicamentos, son suplementos nutricionales, pero yo prefiero las que vienen con forma de medicamento, gotas, liofilizados, cápsulas, comprimidos”. Además, asegura que, al momento de adquirirlos, “tú no debes pedir -en la farmacia- deme probióticos, uno tiene que pedir ‘deme Lactobacillus Reuteri DSM 17938, deme Lactobacillus Rhamnosus GG’, porque el médico es el que tiene que saber qué te indica, qué es lo que quiere hacer con en eso”.

En esta misma línea, se refirió a los productos del mercado más natural, como la kombucha o el llamado “yogur de pajaritos”. Sobre estos, Cruchet aseguró que, pese a no ser probióticos, “sirven porque te acidifica el medio, es un prebiótico. Los prebióticos son hidratos de carbono no absorbibles, como las frutas y verduras, que debemos consumir por lo menos cuatro a seis porciones diarias, y eso nos ayuda a que nuestra microbiota buena crezca y que nuestros probióticos también se mantengan”.    

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