En el marco del 11° Congreso de Bibliotecas Universitarias y Especializadas, que por primera vez se realizó en la Casa Central de la ۶Ƶ, visitó la Casa de Bello el doctor Rodrigo Costas, investigador senior del Centre for Science and Technology Studies (CWTS) de la Universidad de Leiden (Países Bajos), especialista en cienciometría, la disciplina que evalúa el impacto de las publicaciones científicas.
La ciencia de las ciencias o metaciencia, como explica el propio académico español, quien detalla que este trabajo de medición se realiza de forma global, a partir de bases de datos, “sobre todo bases de datos bibliográficas, donde tienes revistas científicas, artículos científicos, donde están los autores, los investigadores”.
Este estudio se realiza a partir de las menciones de ciencia en, además, artículos en los medios sociales, en los medios de noticias, en los medios políticos y en los documentos políticos, lo que genera un programa de bases de fuentes y bases de datos, que lo que busca es poder estudiar cuantitativamente los temas. Sin embargo, la cienciometría tradicional sólo se está enfocando en citas, cuando -según el doctor Rodrigo Costas-, esta “ciencia de la ciencia” debe evolucionar, dado que existe un sesgo en la manera en la que se elige qué cita incluir, que no sólo tiene que ver con la calidad del trabajo científico y el impacto que este pueda tener en el mundo.
¿Qué es la cienciometría?
La cienciometría es la disciplina que estudia la ciencia misma, tiene la ciencia como su objeto de estudio. Estudia sus actores, sus dinámicas, sus producciones, sus impactos, también las interacciones que tiene la ciencia entre ella misma y con otros actores sociales, políticos, o sea, en cierto modo, la cienciometría también se conoce como metaciencia o ciencias de la ciencia, pero la cuestión principal es un enfoque cuantitativo de cara al estudio de la ciencia misma. El valor de la cienciometría no está tanto en el control, sino en el tener evidencias, tener información para poder hacer mejor política científica, gestión científica, por ejemplo, cuestiones relacionadas con cómo la ciencia viaja a la sociedad, se entienda mejor y se pueda reforzar.
O sea, creo que nos permite desentrañar cuestiones de las que todavía no tenemos una buena comprensión. Es la disciplina que nos permite desentrañar ese valor y que nos permite entender también donde puede haber ineficiencias, donde puede haber sesgos, donde puede haber, por ejemplo, agujeros o cosas que no están funcionando como quisiéramos que funcionasen.
¿Sólo a partir de las citas se puede analizar la ciencia?
El principal problema que tenemos con la con la cienciometría tradicional es ese enfoque casi exclusivo -estoy exagerando un poco, pero para que se entienda-, casi exclusivo en las citas, pero esto realmente no es lo que más se necesita.
Y creo que el análisis de citas muchas veces se ha utilizado de forma inadecuada para tratar de evaluar a los investigadores, evaluar a las revistas y se ha dejado de hacer otro tipo de análisis que tal vez eran más relevantes, por ejemplo, cuestiones de cobertura de las revistas, cuestiones de respuestas a problemas locales por parte de las universidades y los investigadores, quién está haciendo investigación, cómo se mueven los investigadores en otras instituciones, o sea, todas cuestiones que tienen relevancia desde un punto de vista de la política científica, pero que muchas veces se han dejado de lado por esa cuestión de las citas.
¿Cuál es la propuesta que ustedes plantean para mejorar la cienciometría?
La propuesta que yo traigo, que traemos en mi centro de trabajo es el expandir el tipo de preguntas que tenemos en la cienciometría. Entonces, a la pregunta de si las citas son el mejor mecanismo para evaluar la cienciometría, pues no, creemos que hay otras formas de evaluar la ciencia que tienen que ver más con un uso de los indicadores más reflexivos, por ejemplo, entendiendo si la ciencia que se ha hecho en una universidad, cómo la ۶Ƶ, por ejemplo, está respondiendo a las necesidades de Chile, las necesidades locales, las necesidades latinoamericanas.
La ciencia, en el fondo, es una conversación, es un contraste de pareceres, por eso la ciencia evoluciona porque proponemos ideas hoy que, dentro de 4, 5, 10 años van a ser cuestionadas y va a haber otras ideas nuevas. Entonces, las citas también cumplen esa función, nos conectan con nuestras fuentes de inspiración, de donde estamos viviendo y bueno, que se reconoce también qué se ha hecho antes.
Entonces, podemos decir que las citas tienen un valor positivo desde el punto de vista de que es la forma de cómo curamos el conocimiento anterior con nuevo conocimiento, las podemos ver como un indicador positivo, pero no es el único, y hay muchas ineficiencias en por qué algo se cita y otro algo no se cita: cuestiones lingüísticas, cuestiones de acceso, cuestiones también de topicalidad, yo estoy trabajando en un tema que tiene interés en países bajos pero no en Chile y eso no significa que lo que se haga en Chile no tenga valor.
¿Qué rol cumplen las redes sociales y de qué manera entran en estas mediciones?
Primero es súper importante entender cómo la ciencia viaja a otros ámbitos que no son científicos, por así decirlo, sabemos muy poco de eso y tenemos muy pocas métricas para medir eso y si nos salimos una vez más de la cuestión evaluativa, realmente nos falta entender qué ciencia está llegando a los medios sociales, qué está sucediendo con esa ciencia que llega a los medios sociales, por qué algunas cosas se utilizan de una forma, otras de otra forma, realmente nos queda mucho que estudiar ahí. Y para mí es, dentro de la cienciometría, de la ciencia de la ciencia, es uno de los campos que tiene más interés en el futuro.