Una invitación a mirar y afrontar el nuevo año desde las oportunidades, la voluntad y el compromiso fue parte del mensaje entregado por el Rector (s) de la Universidad de La Frontera, Juan Manuel Fierro, en la Inauguración del Año Académico 2025. La ceremonia tuvo lugar este martes 22 de abril en el Aula Magna del campus universitario ubicado en Temuco y en ella participó la ۶Ƶ, representada por su Rectora, Rosa Devés.
En el inicio de su discurso, el Rector (s) puntualizó que marzo “nos hace reencontrarnos con nuestra gran historia, y el rito de iniciar un nuevo ciclo revive el espíritu y revitaliza las fuerzas que han empujado y sostenido un proyecto universitario del que todos somos continuadores y garantes”. “La Universidad está más viva que nunca y nuestra ۶Ƶ ávida de continuar honrando su tradición y dispuesta a enfrentar con unidad, creatividad y sacrificios los desafíos que acompañarán el 2025”, apuntó.
En su discurso, la autoridad universitaria identificó algunas de las tareas fundamentales que enfrentará la institución durante este 2025, entre las cuales destacó la visita de pares de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) con motivos de la nueva acreditación de la Universidad, el proceso de normalización de la gobernanza interior, la viabilidad financiera de la institución y la instalación de los estatutos modificados. “El exitoso cierre de cada uno de estos procesos requiere del esfuerzo, la generosidad y el sacrificio de cada una y uno de los integrantes de la Comunidad Universitaria”, puntualizó.
El programa del acto, que contó con la presencia de autoridades locales y miembros de la ۶Ƶ universitaria, incluyó una charla magistral a cargo de la Rectora de la ۶Ƶ, Rosa Devés, titulada “Desafíos actuales y futuros posibles de la universidad estatal chilena”. En ella realizó una perspectiva histórica de la relación entre ambas instituciones y destacó la importancia de la colaboración entre planteles. “Somos corresponsables en el desarrollo de la educación pública, e interdependientes en la generación, aplicación y difusión del conocimiento”, enfatizó.
“En un tiempo marcado por la incertidumbre, la inestabilidad y los cambios acelerados, es necesario reflexionar sobre la tarea que nos corresponde desde la universidad, porque el futuro de nuestras instituciones –y su efecto sobre la sociedad– estará determinado por nuestra capacidad de saber leer los tiempos y de actuar en consecuencia. No hay institución que no se esté preguntando hoy cómo enfrentar este desafío, no para autopreservarse, sino para cumplir con la misión de generar conocimiento y educar para una sociedad que será cualitativamente distinta y que se acerca a gran velocidad, lo que produce altos niveles de ansiedad y sensación de fragilidad”, expresó la Rectora Devés.
Los Colegios Universitarios: expansión e innovación de la educación superior
El discurso comenzó con un repaso de las raíces comunes entre ambas universidades, específicamente lo ocurrido en 1960, cuando la ۶Ƶ se estableció en Temuco a través del Colegio Universitario Regional. “Se articulaban así dos aspiraciones: la de la región de contar con un centro universitario que ampliara el rango de formación que se ofrecía en Temuco, y la de la ۶Ƶ, de expandir su labor a otras zonas del país y, como parte de ese proceso, innovar en la organización de los estudios universitarios”, recordó.
“Además de ser una respuesta a las necesidades de expansión de la educación superior, justamente reclamada por las provincias, a las que no bastaban los cursos de temporada, los Colegios representaban el anhelo de organizar los estudios superiores de manera distinta, para dar cabida a una educación más flexible, algo que 65 años más tarde seguimos considerando pendiente”, ahondó.
La iniciativa nació de un "anteproyecto de reestructuración de los estudios superiores" presentado en la U. de Chile por Irma Salas y Egidio Orellana en 1957, que identificaba como "desventajas de la actual organización de la Universidad," aspectos como la incorporación "prematura e irrevocable" de los jóvenes en una escuela profesional, "sin proporcionarles un periodo para explorar intereses y aptitudes" o el impedimento de "rectificar sus rumbos" a aquellos estudiantes universitarios que habían "errado su vocación", posibilidad que sólo les era factible si contaban con "recursos económicos extraordinarios" y el apoyo de sus familias. Se trata de desafíos que “siguen siendo pendientes, y no solo pendientes, sino urgentes de enfrentar”, destacó la Rectora.
“Es evidente que los Colegios Universitarios eran una forma de instalar la innovación de la educación universitaria, descentralizando su funcionamiento para avanzar en lo que era más difícil hacer en la casa matriz en Santiago. Mi impresión es que se trataba de algo como una revolución en los bordes”, dijo la Rectora Devés, recordando cuando el ex Rector Eugenio González dijo en 1964 que “democratizar la educación superior significa extenderla, diversificarla y descentralizarla”.
Los Colegios, agregó, “no sólo representan las raíces comunes de nuestras dos universidades, sino que también hubo en ellos una voluntad y oportunidad de innovación para todo el sistema universitario chileno, la que –debido a distintas circunstancias– dejamos ir. Y cómo nos cuesta hoy, a todas las instituciones, renovar nuestras estructuras curriculares y organizacionales para enfrentar los mismos desafíos que ya planteaba en esa época Irma Salas: más flexibilidad, plasticidad, oportunidades diversas, espacio para equivocarse y rectificar, y mayor amplitud de acceso. Me asombra y emociona la voluntad de cambio de estos pioneros y pioneras, los riesgos que estaban dispuestos a correr, la mística y la convicción de las necesidades de abrir caminos distintos. Esa fuerza es también nuestra, debemos aquilatarla y reconocerla para la difícil tarea que enfrentamos”.
“Hoy, es incluso difícil que un nuevo desarrollo universitario pueda traducirse en algo verdaderamente innovador, porque tanto las bases para la asignación del financiamiento desde la demanda, como los criterios y estándares de acreditación, y el sistema nacional de admisión, son los mismos para las universidades nacientes que para las antiguas, entonces las regulaciones condicionan a reproducir los mismos modelos que ya teníamos. Entendiendo que el objetivo es asegurar la calidad, la tendencia a la uniformidad es un problema serio de nuestro sistema de Educación Superior, lo que deberíamos revisar”, reflexionó.
Amenazas de ayer y hoy
El recorrido histórico siguió con el recuerdo del quiebre producido con el golpe de Estado en 1973, cuando el Colegio tenía ya personalidad propia y se había convertido en sede de la U. de Chile, así como la Escuela Industrial lo era de la Universidad Técnica del Estado, resultado de la Reforma de 1968. “Las universidades perdieron la libertad académica y la autonomía, el peor mal que puede sufrir una universidad. En ese difícil contexto, 8 años después, en 1981, se crea la Universidad de La Frontera, a la vez que se desmiembra la ۶Ƶ, apartando el Instituto Pedagógico y sus sedes regionales”, rememoró la Rectora Devés.
Según el trabajo del destacado historiador y Premio Nacional de Historia 2012, profesor Jorge Pinto, la creación de la UFRO “fue percibida como una imposición del gobierno central que aumentó los temores” y que, si bien “administrativamente fue simple porque bastó un decreto, fundir las culturas de cada sede fue muy difícil”.
“Si bien las universidades resistimos, y desde nuestras ۶Ƶes –las que actuaron con valentía– se abrieron caminos a la democracia, el poder destructivo de este modelo mercantilizado y fundado en la competencia no fue debidamente reconocido por la política al recuperarse la democracia y, por el contrario, se celebró el aporte que hacía a la expansión de las oportunidades de acceso”, agregó, destacando que ambas universidades crecieron y se desarrollaron “sorteando los complejos tiempos que nos han tocado vivir”. “Cada universidad profundizó en su identidad y ocupó un lugar claro orientado al desarrollo del país”, apuntó.
También identificó algunas de las amenazas actuales que enfrentan las universidades en Chile y el mundo, individualizando problemas como la desinformación, la desvalorización de la democracia, los ataques a la ciencia, la crisis climática y los desafíos en equidad e inclusión.
"El derecho a la educación está estrechamente vinculado a la democracia, porque aspira a entregar a todos ‘igualdad de voz’ y porque ese derecho sólo se ejercerá con legitimidad si ofrece iguales oportunidades de desarrollo y la preparación suficiente para hacer una contribución al bien común. Pero el derecho a la educación trae consigo también un deber, este es el deber de contribuir a que otros y otras puedan también acceder a ese derecho", expuso.
Así, reconoció el "rol preponderante" ejercido por la UFRO en la tarea de "dar un lugar importante a la multiculturalidad y la interculturalidad" y se mostró preocupada ante "la emergencia no solo de discursos, sino de acciones regresivas y violentas, principalmente a nivel internacional, que están significando retrocesos en derechos". "Llamamos a defender los enfoques inclusivos, considerando que la solidaridad y los principios de igualdad serán especialmente importantes para vivir plena y armónicamente en los tiempos de creciente inestabilidad e incerteza que se visualizan a futuro", dijo.
Su charla cerró con una cita al ex Rector Eugenio González, cuyo discurso pronunciado en 1964 sirve para recordarle a ambos planteles que "los tiempos nunca fueron fáciles, pero también que hemos tenido la fuerza para salir a adelante, porque nuestras responsabilidades son mucho más grandes que cada uno de nosotros, pero juntos y juntas sí podemos enfrentarlo".