۶Ƶ

Palabras Afinación Acústica Gran Sala Sinfónica Nacional

Muy buenos días.

Nos hemos encontrado hoy para vivir en ۶Ƶ una experiencia única, la de acompañar a la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile en este ejercicio de afinación de su nueva Gran Sala, desde la cual expresarán su talento y maestría con una acústica excepcional.

No se trata de un concierto inaugural en el sentido protocolar, ni siquiera de un concierto convencional. Los y las integrantes de la Orquesta y del CEAC nos han invitado a ser parte de este primer encuentro con su Sala, un momento que marca –como me explicaba hace unos días el muy destacado ingeniero acústico Gustavo Basso– el inicio de una relación íntima entre los músicos y este espacio. Una relación que, como todo vínculo auténtico, se irá consolidando con el tiempo, dando lugar a un sonido cada vez más bello y profundo.

Cada uno y cada una de ustedes importa, y está aquí por alguna razón especial. Está el ex Rector Víctor Pérez –quien dio inicio a este sueño hace más de una década–, los ingenieros, los arquitectos, los trabajadores que construyeron la Sala y sus familias, los equipos que gestionaron los procesos que permitieron llevar a cabo la obra, los directivos, profesores y profesoras, estudiantes, funcionarios y funcionarias que habitarán el Complejo VM20 y quienes asisten desde otras unidades académicas; también muchos amantes de la música que han esperado conocer por largo tiempo este hermoso lugar.

Estoy cierta que ninguno de nosotros olvidará este día. No se trata solo de un ejercicio técnico, por importante que éste sea. Es, para muchos de nosotros y nosotras, llegar a la meta después de un largo caminar, con esfuerzo y voluntad inmensos. Esta obra pertenece a toda la Universidad, cada cual hizo su aporte en estos años, poniendo en pausa otros proyectos para privilegiar la construcción del Complejo VM20 o dedicando parte importante de su trabajo a volverla realidad. Aquí queda su huella, que es reflejo del compromiso de esta Universidad: servir a Chile.

Los días pasados han sido días de enorme tristeza por la partida de nuestro amado Maestro Rodolfo Saglimbeni. Una emoción que, inevitablemente, se entrelaza con lo que vivimos hoy, porque si alguien debió estar hoy día en esta Sala, llenando el espacio con su bondad y generosidad, es el Maestro Saglimbeni. Hemos llorado su ausencia, pero también –en medio del dolor– hemos recordado y escuchado sus palabras que nunca dejaron de ser esperanzadas. Sabemos que en este camino hermoso que se inicia hoy, y que es también difícil y exigente, su alma de educador nos guiará con sabiduría y afecto.

Gracias maestro, gracias a nuestros maravillosos elencos y gracias a todos y todas ustedes.

Muchas gracias.

Rosa Devés Alessandri
Rectora de la ۶Ƶ

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